viernes, 12 de agosto de 2011

Un día inexistente.

Días banales y escurridizos que en realidad, no significan una perdida total de mi concentración intelectual, aunque si de mi holgazán físico que se negó a mover mi físico entumecido del sofá, tal vez en propuesta silenciosa a mis actos excesivos de la noche anterior; un extraño impulso magnético casi hipnótico, que me atrae, en cada momento que mi mente alcanza aburrimiento considerable, a aquella vieja alacena repleta de comida, que, cual mórbida persona, engancha mis manos a diversas formas de grasas poco naturales captuaradas y empaquetadas en bolsas y sobresillos llamativos que convencen a mis ojos aburridos a llenar mi estomago de basura una vez mas, por tercera vez en el día. Prendo el radioactivo aparato televisivo para recolectar imágenes banales en mi inconsciente y deshacerlo un poco mas y cada vez me veo rodeado un poco mas de insultos televisivos, gente preocupada por mostrar conocimiento del cual están tristemente lejanos, y aún así conservan la seguridad de que están en lo correcto, gladiadores contemporáneos peleando por su vida y causas sin ganancia alguna, corriendo en círculos profetizando su autodestrucción.. baah prefiero derretirme en el sofá e hibernar hasta mañana.

martes, 26 de julio de 2011

j c j

Cuando lo irrealmente perfecto se materializa en persona, mis ojos solo pueden transmitirlo hacia mi mente, como esa imagen inalcanzable de tu ser, donde al parecer, la creación hizo una excepción para darte la inexplicable aura de deslumbrante que posee tu atracción.